Donald Trump firmó una orden ejecutiva que transforma por completo el programa de visas H-1B: ahora las empresas que quieran contratar talento extranjero especializado deberán pagar $100,000 dólares anuales por cada trabajador. Además, se introduce un nuevo esquema llamado “tarjeta dorada” para obtener residencia permanente, cuyo costo mínimo será de $1 millón de dólares —o $2 millones si es patrocinado por una empresa.
Las visas H-1B están diseñadas para personas con títulos universitarios que ocupan puestos especializados, sobre todo en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). Actualmente, cada año se ofrecen 65,000 visas nuevas, más un extra de 20,000 para quienes tienen grados avanzados.
Según la Casa Blanca, estos cambios se justifican como medidas para frenar abusos en el sistema, evitar que empresas despidan trabajadores estadounidenses en favor de extranjeros más baratos, y para proteger la seguridad y economía del país.
El nuevo esquema también incluye una revisión de los salarios mínimos exigidos para los visados H-1B, para asegurar que los trabajadores extranjeros realmente sean “altamente calificados y bien remunerados”.
Mientras tanto, críticos, empresas tecnológicas y organizaciones de inmigración advierten que estas medidas pueden dificultar la llegada de talento internacional, ralentizar innovación, encarecer proyectos en investigación o desarrollo, y generar escasez de profesionales extranjeros en áreas donde EE.UU. no tiene suficientes graduados nacionales. Elon Musk ya expresó su preocupación: según él, el país no cuenta con talento local suficiente para cubrir ciertos puestos claves del sector tecnológico.
Las nuevas disposiciones entrarán en vigor a partir de las 12:01 horas del 21 de septiembre de 2025.